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Activo depreciable

Términos del Diccionario Empresarial

Activo depreciable

Un activo depreciable en contabilidad es un recurso de la empresa, un bien o un derecho, cuyo valor disminuye con el paso del tiempo.

Por qué pierde valor

Hay cuatro razones fundamentales por las que un activo fijo se deprecia, que son:

  1. Su uso. Los productos de segunda mano tienen un menor valor que si son nuevos.
  2. La obsolescencia tecnológica. Según van apareciendo mejoras en la tecnología, la unidad productiva (o el bien) pierde precio. Esto es muy sencillo de entender si pensamos en un ordenador antiguo, con una capacidad de procesador determinada y lo comparamos con uno recién salido al mercado, con una capacidad mayor. Lógicamente, en el momento en que el nuevo aparece en el mercado, el antiguo pierde valor.
  3. El propio paso del tiempo. Uno de los ejemplos más típicos es el de los vehículos, dado que siempre se dice que son productos que van valiendo cada vez menos solo por el paso del tiempo. Como toda norma, tiene su excepción y algunos de los vehículos clásicos pueden llegar a revalorizarse mucho, en función también de su estado y del número de unidades disponibles.
  4. El agotamiento de los activos. Tomemos como ejemplo de activo una mina de extracción de minerales. Conforme se va explotando la mina y queda menos producto por extraer, su capacidad para ser explotada en el futuro disminuye y, por lo tanto, también su valor.

Estas cuatro causas de pérdida de valor de un activo no son excluyentes, puesto que se pueden dar de manera simultánea en el mismo activo. De hecho, en muchas ocasiones la pérdida de valor se produce en mayor o menor intensidad en función del impacto de estas cuatro variables. Volviendo al ejemplo del coche, dos vehículos iguales del mismo año pueden tener diferente valor en función de los kilómetros que se hayan recorrido con uno u otro.

Cómo calcular la depreciación

La mayoría de los activos de una empresa son depreciables. Pero, ¿cómo podemos hacer ese cálculo para saber cuánto valor va a ir perdiendo?

El cálculo de la depreciación, si es necesario hacerlo, ha de partir del valor de adquisición y tener en cuenta la vida útil del activo y su precio de mercado en ese momento concreto (valor residual).

Como ejemplo de activos depreciables tenemos tanto activos tangibles como intangibles. Entre los primeros: maquinaria y equipo, la flota y equipo de transporte terrestre y elevación, redes líneas y cables, equipo médico y científico… Entre los segundos podemos pensar en las patentes, licencias, derechos de autor…

Sin embargo, no todos los activos de una empresa son depreciables ni pierden su valor con el tiempo. Así, por ejemplo, la legislación considera que los solares no se deprecian nunca porque su configuración y extensión no varía. Este caso es discutible, porque sí puede haber determinadas circunstancias que provoquen una depreciación del terreno. Otro ejemplo de activo no depreciable serían los edificios en construcción o la maquinaria en proceso de montaje.

Para poder llevar una contabilidad correcta de las empresas, hay que considerar una clasificación especial para ciertos activos como son: terrenos, edificaciones y redes de distribución, ya que, por lo general, no se deprecian y, por lo tanto, hay que separar en cuentas distintas.