Estrategia y Gestión

4 cambios que han implementado las pymes para superar sus dificultades

Sage

Analizamos las principales problemáticas que las pymes han tenido que afrontar en los últimos años. Descubre cómo las pymes han mejorado su posición gracias a su capacidad de adaptación al cambio.

  • El 53 % de las pymes con mayor capacidad de adaptación al cambio tienen un tamaño mediano.
  • La tecnología está ofreciendo soluciones útiles para la problemática de las pymes.

¡TUITEALO! ¿Cómo han superado las pymes las dificultades de los últimos trimestres? Te contamos las cuatro iniciativas que han construido su resiliencia.

La problemática de las pymes en los últimos trimestres ha demandado nuevas soluciones. Así, la adaptación al cambio se ha convertido en una prioridad absoluta. El beneficio se ha manifestado en un mayor conocimiento y en la mejora de su flexibilidad.

La capacidad de adaptación al cambio de las pymes

Lo vemos a través de “Pequeñas empresas, ¿grandes oportunidades?”, un estudio elaborado por Sage a través de encuestas a más de 13.000 responsables de pymes de 11 países, entre ellos, España.

En él, se observa que las pymes con mayor capacidad de adaptación al cambio han desarrollado 4 tipos de iniciativas:

1. Tecnología enfocada a los clientes

Las pymes con mejor capacidad de adaptación buscan que la tecnología les ayude en dos aspectos críticos de su relación con los clientes:

Para las pymes, es esencial encontrar cómo conectar la situación que viven los clientes con las oportunidades tecnológicas del momento. Se trata de buscar una transición que optimice los procesos introduciendo las herramientas novedosas en el orden adecuado. En definitiva, su organización, elementos materiales y recursos humanos deben alinearse para que el cambio fluya.

Un 37 % de las pymes con mayor capacidad de adaptación han adoptado más tecnología innovadora para vender más y mantener la conexión con sus clientes.

La ventaja que tienen las pymes es que las tecnologías digitales tienen la información como materia prima. Dado el tamaño de estas empresas, es más sencillo analizar los puntos fuertes y débiles de la transición tecnológica. Así como la relación con los clientes.

2. La tecnología para los procesos internos

La tecnología está permitiendo nuevas formas de trabajar para las pymes por varios motivos. Entre ellos, encontramos:

  • La digitalización está aportando soluciones sencillas y flexibles, capaces de adaptarse a los negocios de pequeño tamaño y a sus procesos de crecimiento.
  • Los trabajadores de las pymes son más generalistas. Se encargan con frecuencia de un conjunto muy amplio de misiones. Por ello, son muy prácticas las tecnologías para trabajadores multitarea. Evitan retrasos y aportan fiabilidad a los procesos.
  • Las pymes industriales están viviendo una revolución ligada a los datos y nuevas relaciones entre lo físico y lo digital. Por ello, la innovación de procesos se ha convertido en una de las principales muestras de su adaptación al cambio.
  • Los servicios digitales prestados por terceros facilitan los procesos de las pymes. En la nube, por ejemplo, encontramos fórmulas de acceso a conocimiento, recursos materiales y organización. Los pequeños negocios los adoptan en el momento y medida en que los necesitan y con la versión adecuada a sus características.
  • El flujo de datos vive una revolución. Muchos permanecían sin uso durante años dentro de un soporte físico metido en un cajón. La digitalización está permitiendo que las pymes encuentren nuevas formas de tratarlos que propician una toma de decisiones más inteligente.

Un 37 % de las pymes con mayor capacidad de adaptación han introducido formas mejoradas de trabajar gracias a la tecnología.

Además, muchas pymes han tomado parte activa en la revolución de los procesos. Es el caso de empresas emergentes que idean nuevas soluciones para trabajar. Ponen su conocimiento al servicio de la flexibilidad empresarial.

3. Los nuevos bienes y servicios

La etapa económica anterior se ha caracterizado, entre otros aspectos, por cambios de hábitos de consumo y trabajo:

  • Alternativas para desarrollar las actividades cotidianas en un ambiente de menor contacto social. Ejemplos de ello son los pedidos para llevar, las entregas a domicilio, el teletrabajo, el traslado de actividades a espacios exteriores…
  • Tecnologías que facilitan la atención al cliente con nuevos servicios de menor contacto. Entre ellas están la nube, la tecnología NFC, bluetooth, wifi, 5G, los dispositivos ponibles, la identificación biométrica, la facturación electrónica, la realidad virtual o aumentada…
  • Desplazamientos de la composición de la demanda. El hecho de que algunas actividades no pudiesen realizarse ha supuesto una oportunidad para bienes y servicios sustitutivos. Además, ha cobrado más fuerza que nunca el sector de servicios de apoyo al ecosistema empresarial. Lo vemos, por ejemplo, en los agentes digitalizadores de Kit Digital.

Un 36 % de las pymes con mayor capacidad de adaptación han introducido nuevos bienes y servicios para sus clientes.

Estos y otros cambios del entorno han propiciado muchas pruebas. Las pymes han tenido que buscar formas de encajar nuevos bienes y servicios, algunas de ellas exitosas. Parte de la capacidad de adaptación se traduce en una habilidad especial para interpretar qué innovaciones llegaron para quedarse. Las pymes que lo han entendido mejor gozan de cierta ventaja.

4. La reducción de gastos generales

El conocimiento es el gran ‘activo’ que favorece la adaptación. Las estructuras complejas y costosas están pasando a un segundo plano. La adquisición o actualización del conocimiento suele implicar menores desembolsos. En el fondo, es una muestra del saber acumulado que marca la razón de ser de la empresa.

El 44 % de las pymes con mayor capacidad de adaptación han reducido sus gastos generales en los últimos tiempos.

De hecho, muchas pymes son ‘máquinas’ de convertir lo complicado en sencillo. Su saber hacer se centra, precisamente, en la capacidad de adaptación y reducción de costes. De lo que se trata es de utilizar su saber hacer para facilitar a sus clientes los cambios que reclama el entorno. Se produce, por tanto, un cambio tecnológico que implica un menor consumo de recursos para realizar las tareas tradicionales.

Las pymes han mostrado con los acontecimientos de los últimos trimestres su capacidad de adaptación. De hecho, según el informe “Pequeñas empresas, ¿grandes oportunidades?”, el 69 % encaraban el presente año con optimismo.