Estrategia y Gestión

Cómo internacionalizar la empresa a un menor riesgo

¿Sueñas con internacionalizar la empresa? Te damos unas claves para que lo hagas y que el coste sea mínimo. Además, te contamos las ventajas de hacerlo.

Sage

Descubre las ventajas de internacionalizar la empresa y los pasos que debes llevar a cabo para hacerlo.

Consumir productos franceses, ingleses o chinos es cada vez más sencillo. Muchos emprendedores deciden salir de su zona de confort y se llevan una sorpresa cuando aciertan con el mercado al que dirigen sus productos y consiguen multiplicar sus beneficios. Como seguro que es una de tus pretensiones, te vamos a contar cómo internacionalizar la empresa y que el coste no sea desorbitado. Porque sacar tus productos del país no tiene por qué ser un riesgo inasumible.

Ventajas de vender en el extranjero

La internacionalización no es solo cosa de grandes empresas. Las pymes también se han apuntado a un modelo de negocio cada vez más expansivo. Y es que cuando uno se decanta por sacar su empresa al extranjero, consigue que su empresa sea más competitiva y localice nuevas oportunidades de negocio.

Hay estudios que muestran que cuando se opta por internacionalizar la empresa se logran unos índices de productividad más altos y consiguen unos volúmenes de negocio superiores al 50% de su producción.

Entre las ventajas de internacionalizar la empresa destacan que con ello se consigue una empresa más fuerte. Por ejemplo, suponiendo que una pyme dedicada al sector alimentario haya comenzado a comercializar sus productos en Irlanda y de repente, España atraviesa una desaceleración económica que afecta principalmente a las empresas de este tipo, como la pyme tiene un producto más diversificado y ha abierto su ámbito de actuación a otros mercados como es el irlandés, tiene más probabilidades de seguir obteniendo beneficios que aquellas empresas que solo venden en España.

A su vez, cuando una empresa comienza su expansión internacional, no solo vende a través de sus trabajadores habituales, sino que también le conviene contratar empleados en el país o países donde quiera expandirse. Al ampliar su cartera de recursos humanos lo que hace es que puede ser más competitiva. Los trabajadores locales siempre podrán aportar más conocimiento del ámbito local en el que se muevan a la empresa de manera que los directivos aprovecharán esta información para dirigir la estrategia hacia el éxito.

Además de eso, se pueden buscar oportunidades de negocio en países emergentes. A menudo se piensa en países de la Unión Europea e incluso en otros americanos, pero lo cierto es que hay lugares como Japón, la India o Marruecos donde comercializar ciertos productos tendría mucho éxito.

No hay que olvidar que los principales motivos para internacionalizarse son la competitividad y el crecimiento que experimentará la empresa si lleva a cabo una estrategia efectiva. Y es que esta acción también puede acarrear una reducción de costes si se opta por adquirir también los suministros que necesita la empresa para desarrollar un producto en otros países. En algunos determinadas materias primas son mucho más baratas. Eso sin olvidar que la internacionalización debe ser también una vía para aprender de empresas de otros países, quizá más sometidas a una disciplina que les lleva a alcanzar el éxito sin demasiados costes.

Pasos para internacionalizar la empresa

Lo primero que hay que hacer para comenzar la expansión internacional es fijar unos objetivos. La empresa debe evaluar sus fortalezas y debilidades antes de lanzarse a la aventura y una vez lo haya hecho, actuar en consecuencia.

A continuación, los responsables de la empresa tendrán que pensar bien en qué mercados internacionales piensan posicionar sus productos o servicios. Hay que tener en cuenta que no todos los productos tendrán la misma aceptación en todos los países. Por ejemplo, en España lo que más se suele importar es combustible, en norteamérica tienen mucho éxito los vehículos extranjeros, mientras que en Argelia, por ejemplo, suelen importar productos de alimentación.

Lo siguiente que se plantea para internacionalizar la empresa es decidir cómo será la estrategia de entrada en dicho país. Por ejemplo, para reducir costes, las empresas optan por elaborar y ejecutar toda su estrategia de internacionalización desde España. Es lo más económico que existe, ir gestionándolo todo desde el propio país y recurrir a bases de datos de clientes internacionales para ir contactando con ellos. No obstante, si se tiene algo de presupuesto, suele ser más efectivo establecer un punto base en el país de destino y disponer de una persona que se encargue desde allí de gestionarlo todo.

¿Y qué pasa con los idiomas? ¿Traducirse o morir en el intento de internacionalizar la empresa? A la hora de expandirse a otros países, las empresas optan por la traducción web de sus contenidos. Imagínate la imagen que darás a un cliente extranjero cuando éste quiera revisar tus productos o conocerte un poco mejor a través de tu página web y que se encuentre que tu ‘site’ solo está disponible en español. Así que el paso de los idiomas es algo que tiene cabida en el plan de internacionalización de la empresa sí o sí.

No te olvides de la campaña de marketing. Dispongas o no de un departamento de marketing en la empresa, hay pequeñas acciones que te facilitarán mucho la expansión internacional. Lo primero que debes hacer es posicionar tu producto en la mente del consumidor extranjero. ¿Cómo hacerlo? Las redes sociales te ayudarán en esta tarea. Por ejemplo, algunas como Facebook te facilitan el hecho de promocionar tus productos pagando lo que estimes por la publicidad en su web. A su vez, puedes utilizar otras más centradas en contactos profesionales como es Linkedin para establecer contactos con responsables de departamentos de ventas para darle a conocer tus productos antes de establecer una reunión más formal con esa persona.

El plan de internacionalización de la empresa nunca termina ahí. ¿Cuándo lo hace?, te preguntarás. La respuesta es nunca. Para que un plan de expansión tenga éxito, debe revisarse periódicamente, es decir, cada dos o tres meses de manera que cada cierto tiempo se evalúen las acciones que se han realizado y se compruebe cuáles han funcionado y cuáles no. Si hay algo que no funciona, lo mejor es que busques otra acción que pueda tener más éxito. Así seguro que triunfas en otros países.