Conoce los tipos de riesgos financieros y cómo pueden afectar a una empresa
Analizamos en este artículo cuáles son los principales tipos de riesgos financieros, su medición y las alternativas para su gestión.
Aprende todo lo que cualquier emprendedor debe conocer sobre los riesgos financieros, su medición y gestión.
- Comprender los riesgos financieros aporta importantes lecciones de negocios.
- Los riesgos financieros marcan puntos de atención claves en la toma de decisiones. Descubre cuáles son.
Los riesgos financieros son consustanciales al emprendimiento. Surgen debido a que la actividad de negocios implica operaciones en distintos momentos. Lo que hoy sucede condiciona las expectativas. Y, a su vez, estas marcan las posibilidades y límites de actuación.
Por tanto, aprender a seguir y gestionar los riesgos financieros es una necesidad para cualquier emprendedor. Veamos cuáles son los más comunes, que afectan a empresas de todo tipo.
¡TUITÉALO! ¿Comprendes los riesgos financieros? ¡Toma nota de los más importantes y de cómo puedes controlarlos!
Riesgos financieros ligados a la planificación
Si la planificación fuese infalible no existiría el control. Por tanto, es posible que te equivoques en distintas fases, como:
- Previsión de la demanda y los costes de producción.
- Análisis de las mejores alternativas técnicas y de contratación de recursos para abordar los procesos.
- Comprensión del entorno empresarial.
- Entendimiento de las repercusiones organizativas, legales, contractuales, reputacionales, etcétera de la toma de decisiones.
- Anticipación de las respuestas de otros agentes.
- Estudio de los problemas de incentivos.
- Marcaje de los objetivos.
- Presupuestación.
Para valorar estos riesgos, es importante que no solo controles tu negocio, sino también el propio proceso de planificación. Debes observar cuáles son los puntos débiles por los que suelen llegar los errores, analizar iniciativas de mejora y decidir en función de los costes y beneficios.
Riesgos de tesorería
La tesorería es uno de los ámbitos en los que la gestión tiene un margen más fino. Un excedente de tesorería puede lastrar la rentabilidad, sobre todo si se mantiene largo tiempo. Una crisis, por puntual que sea, puede ocasionar problemas contractuales y daños reputacionales. Puedes perder dinero y clientes e, incluso, puedes tener que enfrentarte a un concurso de acreedores.
Afortunadamente, existen herramientas desde el punto de vista tanto de la financiación como de la inversión para abordar estos problemas, como:
- Un capital corriente y, en general, un balance equilibrado.
- Alternativas bancarias para el crédito a corto plazo y colocación de excedentes de tesorería.
- Oportunidades legales y contractuales de anticipar o retrasar cobros y pagos.
Para manejarlas, es clave contar con buena información en tiempo real y una conexión fluida con los bancos. Por eso, contar con herramientas como Sage XRT Advanced te facilita una tesorería adaptada a las necesidades de tu negocio, tanto a corto como a largo plazo.
Riesgos derivados de los tipos de interés
La evolución de los tipos de interés puede alterar el valor razonable de algunos activos y pasivos:
- Si se colocan por encima de lo esperado, el valor actual de cobros y pagos cae. Con ello, pueden producirse pérdidas en algunos activos y beneficios en determinados pasivos.
- Cuando las nuevas expectativas evolucionan hacia menores tipos de interés, sucede lo contrario. Puede incrementarse el valor razonable de algunos activos y reducirse el de ciertos pasivos.
Con los riesgos financieros, tan importante es aprender a evaluarlos como comprender las medidas posibles para su gestión.
Además, los tipos de interés pueden condicionar la magnitud de cobros y pagos. Si, por ejemplo, tienes una financiación a tipo variable, sus fluctuaciones harán que tengas que desembolsar más o menos.
Para gestionar estos riesgos, existen instrumentos y operaciones de cobertura. Y, para valorarlos, es esencial que analices cómo evolucionan las expectativas sobre tipos de interés. Se suele hacer siguiendo el comportamiento de los tipos de interés libres de riesgo (en general, deuda pública de estados con buena calificación crediticia) a diferentes plazos.
Riesgos de tipos de cambio
Se explicitan cuando realizas aprovisionamientos, ventas, financiaciones, inversiones, etcétera en otra moneda. Una evolución distinta a la esperada de los tipos de cambio puede hacer que los flujos de caja, medidos en la moneda funcional, sean diferentes a los previstos. No obstante, este riesgo financiero afecta a todo tipo de negocios. Aunque solo operes en euros, es posible que tus precios y costes se vean afectados de forma indirecta.
Muchas veces, existe una tendencia a que las variaciones de tipos de cambio y precios se compensen. Por ejemplo, los países cuyas monedas tienden a depreciarse o devaluarse, suelen ser aquellos con inflaciones más elevadas. Si se mide el importe de las transacciones en una misma moneda, las fluctuaciones son menores, al contrarrestarse ambos efectos. Eso hace que el riesgo de tipo de cambio sea más importante en plazos cortos.
En el seguimiento de los riesgos de tipos de cambio, suelen observarse diversos aspectos, como:
- Tipos de interés.
- Estructura de la balanza de pagos.
- Políticas fiscales, monetarias y cambiarias.
- Solvencia financiera de los estados y principales agentes con esa moneda funcional,
- Coyuntura económica y de los mercados financieros.
Para la cobertura de este riesgo existen muchas alternativas, entre las que destacan:
- Inversión y financiación en moneda distinta a la funcional en la misma medida.
- Seguros de cambio.
- Opciones.
- Futuros.
- Swaps.
Riesgos de morosidad e insolvencia
Representan la posibilidad de que las obligaciones no se cumplan a su debido tiempo (morosidad) o de que parte o toda la deuda quede sin pagar (insolvencia definitiva). A veces, para evitar lo segundo, se inician procedimientos jurídicos, entre los que destaca el concurso de acreedores.
Es importante realizar un seguimiento del perfil de los clientes y otros deudores. Lo ideal sería poder categorizarlos por las probabilidades que tienen de pagar a tiempo, retrasarse en diversos plazos o no poder pagar.
Pero no es menos importante controlar el perfil de tu propio negocio. El instrumento principal serán las ratios financieras. Estas te permitirán percibir como te ven desde fuera y te orientarán para mantener un balance equilibrado.
En cuanto a la gestión de estos riesgos financieros, destacan las siguientes alternativas:
- Valoración previa del riesgo antes de la contratación.
- Garantías reales, como la hipoteca, la prenda o la anticresis.
- Garantías personales, como la fianza o aval, incluso de una entidad de crédito.
- Seguros, como los de crédito y caución.
- Diversos tipos de servicios financieros, como el factoring, el confirming, etcétera.
- Documentación de las deudas a través de títulos valores, como la letra de cambio, el cheque o el pagaré.
Y no olvides que estos son solo algunos de los riesgos financieros, aquellos que afectan al conjunto de los negocios. En función de las características de tu empresa, podrás enfrentarte a otros muchos. Por ello, se hace imprescindible contar con herramientas tecnológicas avanzadas y profesionales financieros expertos.