Finanzas
7 consejos para evitar una crisis de flujo de caja (video)

- Haz una previsión de tu dinero en efectivo
- Fíjate objetivos para los próximos seis a doce meses, para no perder el control de tus finanzas y evitar déficits. Para prever tu flujo de efectivo, basta con una simple hoja de cálculo que refleje los ingresos y los gastos cada mes.
- Ten en cuenta las eventuales variaciones estacionales (las facturas de calefacción serán más altas en invierno, por ejemplo). Considera los costes fijos y variables en tus previsiones y sé realista; inclúyelo todo.
- Lleva el control de los pagos
- Envía las facturas puntualmente y no te demores en las vencidas. Vale la pena fijar claramente los plazos de pago con los proveedores desde el principio; 30 días es un plazo estándar.
- Infórmate de los plazos de tus clientes y ten en cuenta las posibles irregularidades o retrasos; las deficiencias en el pago pueden llevar a un cliente a la quiebra. Saber cuándo te pagarán por un producto o servicio te ayudará a controlar la caja.
- Gestiona bien el stock
- Una gestión eficiente del stock es tan importante como la gestión de la propia caja. Trata de conciliar los registros de tus existencias a la vez que tu cuenta bancaria, ya sea semanal o mensualmente. De este modo sabrás lo que tienes en stock y qué necesitas volver a encargar.
- Un sistema de control de tu stock bien gestionado influirá positivamente en tu tesorería, ya que nunca tendrás excesos ni tendrás tu dinero bloqueado en ellas.
- Mantén una relación cordial con los prestamistas
- Muchas empresas necesitan ayuda en forma de efectivo de un banco o prestamista de vez en cuando, en especial cuando empiezan, y pueden necesitar préstamos o créditos en descubierto para comenzar sus actividades.
- Procura tener una buena relación con ellos y mantenlos informados de cualquier gasto imprevisto o cambio en las previsiones. Establecer una relación positiva, basada en la confianza, con los bancos y prestamistas, te permitirá tener un trato favorable en caso de que tu negocio necesite apoyo financiero en el futuro.
- Recurre al crédito
- Imagina que tu negocio está creciendo rápidamente; digamos que acabas de firmar un nuevo contrato con un cliente y te preocupa no tener suficiente capital para cubrir tus gastos generales. No dudes en acceder a una línea de crédito de un banco o entidad financiera, ya sea un crédito en descubierto o un préstamo a corto plazo.
- Esta es una opción viable en muchos casos, ya que los bancos tienden más a conceder préstamos a empresas que puedan mostrarles un borrador de contrato de servicio o una carta de intenciones.
- Y una vez que el cliente pague, tú podrás pagar tu deuda. Solo tendrás que pagar los intereses al banco o entidad financiera correspondiente por el periodo de tiempo durante el que necesites el efectivo.
- Ajusta tus gastos
- Estudia la frecuencia con la que pagas a tus proveedores, los impuestos, los servicios públicos, etc. ¿Puedes hacerlo por plazos o flexibilizar dichos pagos? Utiliza tu capacidad de negociación para conseguir acuerdos favorables para ti y para tu empresa.
- Revisa igualmente todas esas pequeñas cosas que, juntas, te cuestan más dinero del que crees. Como dicen los británicos, “cuida de los peniques, que las libras se cuidarán ellas solas”.
- Anticípate a los problemas
- Identifica posibles problemas de tesorería con antelación, actualizando con frecuencia tus previsiones de efectivo, observando las condiciones del mercado, no perdiendo de vista a los clientes y proveedores que puedan estar sufriendo dificultades, y tomando medidas en cuanto detectes un problema.