Lo bueno, lo malo y lo regular de un SMI de 950 euros, así afecta a las empresas
Analizamos las posibles repercusiones empresariales de una subida del SMI para las empresas.
- Existen efectos tanto perjudiciales como beneficiosos
- La previsión y la anticipación son fundamentales en la adaptación de las empresas a los cambios en el entorno normativo laboral
El Gobierno que pudiera salir investido o, incluso, el que esté en funciones hasta que un candidato obtenga la confianza del Congreso podría aprobar una medida consistente en la elevación del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta la simbólica cifra de los 950 euros. En todo caso, aunque no se aprobase en los próximos días, es probable que una iniciativa así pueda prosperar en un futuro próximo.
¡Comparte! Te contamos cómo puede afectar a las empresas una nueva elevación de salario mínimo interprofesional.
En ese contexto, las empresas han de analizar qué repercusiones tiene la elevación del salario mínimo, a fin de minimizar posibles daños y aprovechar potenciales oportunidades. Veamos los principales efectos.
Lo bueno de un salario mínimo interprofesional de 950 euros
Mayor disciplina en algunos puestos
Especialmente en puestos de baja cualificación, la elevación del SMI va a suponer que haya más personas dispuestas a ocupar un puesto que plazas a cubrir. A ello hay que unirle que los afortunados contarán con un salario más elevado.
En esas condiciones, los contratados tienen un incentivo especial al esfuerzo y la disciplina que impulsa su productividad. Si, por ejemplo, no pasan el período de prueba, no convence su actividad durante un contrato eventual o dan motivos para un despido disciplinario, pierden un salario más elevado y tienen una menor probabilidad de encontrar pronto otro empleo semejante.
Mayor demanda en algunos segmentos
La subida salarial se haría efectiva para poca gente, en la medida en que ya son muchos convenios los que marcan cifras superiores. Sin embargo, para estas personas supone un empujón importante no solamente en su renta, sino también en sus posibilidades de consumo. Tengamos en cuenta que la mayoría de los afectados por la medida gastan una proporción muy elevada de sus ingresos, ya que, a esos niveles, es difícil ahorrar mucho.
Los efectos de la subida del SMI para las empresas pueden ser tanto positivos como negativos
Las personas afectadas no solamente gastarán más, sino también diferente. Se les abrirán algunas opciones nuevas de consumo. Dado que muchos de ellos son jóvenes, es una oportunidad de fidelización para un buen número de empresas. Quizá el salario mayor les abra la ocasión de consumir un determinado bien o servicio por vez primera y, si les convence, puede ser una alternativa que tengan en cuenta a largo plazo.
Oportunidades de inserción sociolaboral
El SMI es cobrado, fundamentalmente, por personas que buscan no solamente un empleo y un salario, sino también acceder a oportunidades sociales y laborales. Encontramos personas jóvenes con poca experiencia, mayores con problemas que pueden amenazar su capital humano y a quienes tienen un riesgo más elevado de exclusión social.
¡Comparte! Descubre hasta qué punto una subida del SMI puede ser una amenaza o una oportunidad para el emprendimiento.
Aunque un salario mínimo más elevado disminuya las contrataciones, la otra cara de la moneda es que permite pagar un poco más a los que encuentran un puesto. Si, además, cada empresa valora cuidadosamente a qué tipo de personas pueden ayudar más en su inserción sociolaboral, podrá mejorar su contribución social, algo cada día más relevante desde el punto de vista del triple beneficio (monetario, ambiental y social).
Mayor disponibilidad de trabajadores
Un salario mínimo mayor puede hacer que algunas personas se replanteen su posible incorporación a los mercados de trabajo. Quizá a algunos estudiantes más que hasta ahora les pueda interesar compatibilizar su formación académica con la actividad laboral. También cierto número de desanimados pueden recobrar el interés por la búsqueda activa de empleo.
Ello tiene dos efectos importantes en los procesos de selección. Por un lado, habrá mayor número de candidaturas para elegir. Por otro, estarán más representados determinados perfiles, que se van consolidando como una opción de contratación.
Lo malo de la subida del SMI
Debilitamiento de la demanda en algunos sectores
Las empresas orientadas a proveer bienes y servicios de primera necesidad a bajo coste pueden sufrir en su demanda. Por un lado, cierto número de trabajadores verán incrementado su salario, lo que los llevará a comenzar a valorar la decisión de consumir opciones de precio intermedio. Por otro, habrá menos contrataciones en el segmento de menores ingresos, ya que se hacen más caras para las empresas.
A su vez, ello tendrá efectos sobre la demanda de los proveedores de este tipo de empresas. Pensemos que hay un complejo ecosistema empresarial enfocado a la minimización de los costes de bienes y servicios esenciales. La disminución abrupta de su público condiciona su futuro empresarial.
Disminución del personal auxiliar
Muchas de las funciones cubiertas por quienes cobran el SMI son auxiliares. Sirven de soporte y dan continuidad y ejecución a las decisiones tomadas por otros trabajadores. Reclaman, principalmente, presencia en el puesto, esfuerzo y buena disposición para atender lo encomendado.
Los auxiliares que cobran un salario mínimo tienen un papel muy relevante en la cobertura necesaria para desarrollar proyectos emprendedores
El encarecimiento de estos puestos es un freno significativo para muchos emprendedores. Les hace más complicado tener personas que den cobertura sus planes de emprendimiento. Muchos pueden desecharse porque no salen las cuentas para pagar el sueldo de unos trabajadores que desarrollan tareas que, si bien son auxiliares, también son esenciales para poder desarrollar su proyecto.
Riesgos sobre la competitividad internacional
Sin un avance paralelo de la productividad laboral, un incremento de costes laborales suele traducirse en un aumentos de precios, caídas de beneficios o ambas cosas a la vez. Por lo tanto, si las empresas no encuentran el modo de que el SMI más elevado empuje su productividad, hay un riesgo para la competitividad internacional.
Ahora bien, en finanzas los meros riesgos, aunque no se materializasen, tienen su coste. Normalmente, implicarán que las empresas más dependientes de este tipo de puestos de trabajo puedan ver algún incremento en los tipos de interés y un endurecimiento de condiciones de su financiación externa. Además, los propios socios reclamarán mayores retornos. Quizá hayan de desecharse algunas oportunidades de inversión.
Recursos ociosos
El encarecimiento de determinados puestos de trabajo lleva a una menor contratación, pero también a un menor uso de determinados recursos asociados a esas personas. Por ejemplo, si tenemos un local de unas determinadas dimensiones y no podemos contratar los empleados previstos debido al encarecimiento del SMI, es muy probable que no podamos utilizarlo por completo y quizá debamos cerrar en algunos momentos en los que pensábamos tenerlo abierto o abrir solamente una parte de la superficie que tenemos.
Una subida del SMI puede dejar ociosos algunos recursos asociados a trabajadores que ya no se contratarán
Sin embargo, el coste, en muchas ocasiones, es irrecuperable. Siguiendo con el ejemplo del local, no es fácil encontrar a quién arrendar una porción del tiempo o espacio infrautilizados. Con frecuencia, esa parte quedará sin uso, pero habremos de afrontar el coste de la financiación. A largo plazo, seguramente, habremos de ejecutar un plan de desinversión.
Lo regular de la subida del salario mínimo interprofesional
El efecto más incierto es el que pueda producirse sobre las negociaciones laborales. Teniendo en cuenta que una cantidad semejante ya figura en muchos convenios colectivos, la cifra de los 950 euros de SMI podría convertirse en una referencia de consenso aceptada como punto de partida para todo tipo de acuerdos, es decir, una suerte de bálsamo que contribuya a que organizaciones empresariales y sindicatos tengan una posición cada vez más constructiva.
Pero tampoco es descartable que las organizaciones empresariales se muestren cada vez más descontentas con la evolución de la normativa laboral y las sindicales presionen con reivindicaciones cada vez más complejas de articular. Llegar a acuerdos sería cada vez más complejo.
Es muy recomendable ir incorporando a los planes empresariales la expectativa de posibles subidas del SMI.
Anticiparse es mejorar en capacidad de respuesta y eso se traduce en un mejor aprovechamiento de oportunidades y en una mayor facilidad para mitigar los posibles daños que pueda originar una medida de este tipo en nuestra empresa.